¿Existen las “personas tóxicas”?

Lo que parece claro es que, existan o no, se habla continuamente de ellas en las empresas. La expresión “personas tóxicas” puede considerarse como un follow up de otra más clásica: las famosas “manzanas podridas”.

Las personas etiquetadas como “personas tóxicas” o como “manzanas podridas” parecen compartir un mismo concepto esencial: persona potencialmente peligrosa para las relaciones en la empresa debido al efecto contagio de su comportamiento. De hecho, es probable que hayas escuchado en más de una ocasión la frase: “Una manzana podrida es capaz de pudrir a toda la cesta”. O bien la de: “Aléjate de las personas tóxicas, te comen toda la energía”.

También es más que posible que ahora mismo vengan a tu cabeza personas de tu entorno laboral, bien sean del presente o de un pasado más o menos lejano, cuyo perfil te encaja a priori en esta calificación de “persona tóxica” o “manzana podrida”. ¿Es así?

Es más. Puede ser que, incluso, alguien se pueda estar acordando de ti en este preciso momento:

-       Qué dices… ¿Yo una persona tóxica?

-       Puede ser…

-       Pero… si yo soy muy normal.

-       ¿Te has constipado alguna vez?

-       Sí, claro.

-       Pues ahí lo tienes. Puedes ser una persona tóxica.

-       ¿¡Eh!?

Es curioso. Cuando una manzana de verdad, la fruta, está podrida lo solemos expresar de esta manera: “Está podrida”, utilizando el verbo estar. Sin embargo, cuando lo aplicamos sobre personas decimos: “Es una manzana podrida”, utilizando el verbo ser. Dándole un carácter totalmente permanente. Es el mismo matiz que existe entre una persona que es una enferma y una persona que está enferma. Todos hemos estado enfermos alguna vez, ¿no? ¿Nos convierte eso en “tóxicos” o “podridos”?

Con estas preguntas mi intención no es la de defender, ni mucho menos, este tipo de comportamientos. De hecho, mi intención es, precisamente, la de señalar directamente a estos comportamientos y no a las personas que los realizan.

En el caso de las frutas parece que lo tenemos más claro: están podridas. Es un estado temporal. Y además, que no afecta a todo el contenedor. No sé tú, pero yo he llegado a utilizar el cuchillo con precisión de cirujano para poder salvar la mayor cantidad de manzana posible. Porque entiendo que, en todo caso, el problema está en el gusano, y no en la totalidad de la manzana.

¿Por qué cuando hablamos de “personas tóxicas” o de “manzanas podridas” afectamos a la persona, es decir, a todo el contenedor?

¿Por qué no ponemos el foco únicamente en el comportamiento?

¿Por qué no se habla de “comportamientos tóxicos” o “comportamientos podridos”?

¿Por qué se opta a menudo por tirar la manzana entera a la basura?

¿Acaso es más barato despedir a una “persona tóxica” que despedir un comportamiento tóxico?

Con todas estas preguntas no tengo muy claro si en el futuro se seguirá hablando de “personas tóxicas” o no. Lo único que sé es que a mí me están entrando unas ganas tremendas de comerme una manzana.

Feliz martes :)

 

 

Javier Nieto1 Comment